Las metáforas, son explicaciones de una cosa en base a otra (o tropos). Las metáforas se han usado en literatura de negocios poco, para ilustrar para ilustrar y ejemplificar ideas, conceptos y métodos acotados o de manera muy localizada, a diferencia de los más populares estudios de caso (case study) usados para explicar procesos, situaciones o fenómenos más extensos y complejos y que pueden usarse como ejemplos más directos de vivencias. Las metáforas, por su caracter figurativo, pierden esta fuerza que posee el estudio de caso. A su ya indicado poco uso, se debe añadir que suelen usarse como complementos narrativos o de discursos que vienen, obviamente a aclarar algo, pero como anécdotas para "despertar" al lector o a los oyentes, o sea, complementos, más que recursos centrales de explicación.
Mi primer acercamiento a las moralejas viene del estudio de la investigación cualitativa en sistemas de información (ver Qualitative Research in Information Systems web page, administrada por Michael Myers), donde las metáforas aparecen dentro del grupo de los diversos modos de análisis de datos. Aunque esta clasificación corresponde a estudios en Sistemas de Información (para que se entienda mejor, lo que se llama Management Information Systems -MIS-, Informatic of Business, o Informática de Negocios/Gestión) no deja de ser importante esta ubicación, pues sitúa la moraleja como un valioso instrumento de análisis e investigación.
Las metáforas en la literatura y en las narraciones se usan junto a otros mecanismos usados para ilustrar, ejemplificar o introducir cuestiones de índole ético o moral, o simplemente para una mejor comprensión de temas más complejos ante el vulgo del ciudadano o persona "de a pié". Así aparecen junto a las metáforas otros recursos explicativos como las fábulas, o el folklore, o otros tropos como las alegorías, el sinécdoque, la metonimia, la ironía, las antonomasias, u otras formas que aporta cada lenguaje.
Para ver un poco más el uso de metáforas en ámbitos de negocio u organizacionales, nada mejor que ver la siguiente metáfora expuesta por Paul Watzlawick, en el "Arte de Amargarse la Vida". La metáfora se llama: "El hombre que espantaba elefantes" ... :
Habla de la historia de un hombre que daba una palmada cada diez segundos. Uno le pregunta por el motivo de tan extraño proceder. El hombre responde:
"Para espantar los elefantes".
"¿Elefantes? Pero si aquí no hay ninguno."
Replica: "Y pues, ¿ve usted?".
Esta metáfora sirve para explicar varias cosas, motivo por el cual tiene un fuerte impacto como método explicativo y cómo medio de reflexión y discusión.
- A.- Mostrar por un lado que rechazar o eludir una situación peligrosa de entrada parece ser lo más razonable pero, por otro lado, se mantiene el problema.
- B.- Mostrar que una propuesta de negocios puede ser lucrativa si la creatividad emprendedora se lleva al extremo de crear una necesidad en base a una necesaria solución que no es necesaria si el problema se observa que no es el que interesa.
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Watzlawick, Paul. (1986). El arte de amargarse la vida. HERDER. 143 pp.