La gestión debe adaptarse a las personas y la sociedad, y en los tiempos que corren, aún más, con personas que no están o no pueden hacer carrera en las empresas. Si a ello sumamos que las generaciones más jóvenes están interconectadas ... ¿qué pasa con los modelos de gestión tradicionales iniciados con Taylor, Fayol y Weber?
Algo simple ... hay que revisarlos.
Lo primero es dejar claro que lo que sabemos de gestión no debe cuestionarse, pues ha funcionado y hay personas y empresas que seguirñan usándolo por motivos tan claros como la tradición, las generaciones o edades de sus trabajadores, o porque quienesgestión han sido formados en las escuelas clásicas de gestión.
Lo segundo es mirar que está dominando el estilo de trabajo de las personas. Sea como seá, aquí debemos considerar que las redes sociales cambiaron todo, pero cambiaron las cosas porque ya las personas operaban de modos distintos. Veamos algunas ideas:
- Las personas comparten y debaten ideas abiertamente. Puede ser algo propio, o la decisión de un directivo, pero se debate en comunidades abiertas o cerradas, con lo cual el poder de las élites se difumina ante el poder de la red. Imaginarse una directriz organizacional discutida en el facebook de la empresa.
- NO manda la jeraraquía ni el cargo. Manda el valor de la contribución por sí sóla. Pesa más la cantidad de descargas de un video o los seguidores de una cuenta de twitter que el peso del currículo o del poder impuesto por jerarquías. Imaginarse que un video de youtube de un empleado sea más popular que el video institucional del gerente general.
- Las jerarquías tradicionales no co-existen con las jerarquías de la red, donde personas cualquiera adquieren peso de opinión y se construyen una jerarquía natural. Imaginarse cómo gestionar opiniones en toda una empresa sobre un tema cualquiera.
- Las élites de poder del tipo que sea ya no dominan, el poder cede al liderazgo natural de la red, donde estos líderes presiden lo que ocurre y lo manejan de forma colaborativa en debates y discusiones que se mueven en la red. Imaginarse que el liderazgo ya no es mandar, sino como se dice en los best sellers, coordinar colaboradores, pero no en despachos, sino en un formato donde no hay paredes y todos escuchan y opinan.
- Los equipos surgen, no obedecen a tareas o grupos de trabajo, o de proyctos transversales. Las personas orquestan tareas dependiendo de intereses y motivaciones. Imaginarse que toda una empresa opere en todas sus funciones dejando a sus trabajadores que escojan cosas que les interesan y que no sean sólo temas de innovación o emprendimiento, sino las tareas tradicionales como la contabilidad.
- Recursos y poder están disponibles y cualquiera puede acceder a ellos de manera democrática y abierta. La red da poder, influencia, o marca por cosas como la opinión, la participación, el buen hacer, etc. Imaginarse proyectos de empresa donde equipos de empleados compitan por recursos de la empresa.
- Lo malo es visible. Las cosas mediocres se comentan, empleados discuten en red temas personales y organizacionales, relaciones interpersonales se ventilan, organizaciones revisan lo que hacen empleados y trabajores miran lo que hacen directivos, guerras de poder y disidencias se ventilan, etc. Imaginarse un control de gestión donde deba pedirse tolerancia 0 a las cosas malas para evitar que la organización vea afectada su imagen.
- Premios, castigos, vetos, recompensas, son públicos, se difunden, y muestran el ánimo de una organización. Imaginarse que las decisiones de un directorio sean votadas por empleados y accionistas en la red.
Muchas de estas ideas, hoy en día presentan modelos de operación que funcionan bastante bien, pero se observa igualmente que la gestión tradicional se mantiene. Al final, las jerarquías tradicionales pesan y mientras el poder se ostente en los sistemas de salario que en suma permiten vivir, hay mucho por hacer desde la gestión para dar vida a estilos de gestión propios de la dinámica en red que ya las personas tenemos ...