Vamos por partes. Veamos primero algunos pensamientos y observaciones que han llevado a comentar lo que luego procede exponer como respuestas a estas preguntas.
La primer pregunta es obvia y tiene respuesta popular. La respuesta popular dice que OBVIAMENTE cuando las TIC aparecen todo será mejor, aunque aún nadie lo ha probado. Me explico.
** Se dice que con las TIC las personas se forman mejor y además con nuevas y mejores competencias. Pero nadie lo ha demostrado. Sólo se ha observado que las nuevas generaciones NACEN tecnificadas y obviamente aprovechan y explotan las TIC mejor que las generaciones previas.
------> No hay que cantar éxito, pues es sabido que toda nueva generación cuando evoluciona con una nueva tecnología, algo nuevo aparece y es mejor. Esto mismo ya ocurrió cuando apareció la televisión, los mandos o controles-remoto, o simplemente el teléfono (el antiguo y el móvil).
** De hecho, si la educación o sus metodologías o instrumentos hayan aportado algo o al menos algo hayan evolucionado, poco se sabe y poco se observa.
------> Lo único cierto es que aún existen los mismos problemas de antes: se buscan nuevas metodologías, la educación está en crisis, las matemáticas siguen siendo difíciles y muchas otras frases muy conocidas.
** Bueno, si hay algo positivo ... muchos investigadores han podido justificar fondos de investigación y/o posiciones de investigador/a realizando muchos "experimentos" en grupos de estudiantes, pero si los estudiantes son o no mejores personas y/o profesionales, poco se ha hecho.
------> Ah, y hay algo más, quizás paradójico ... se sigue criticando que las nuevas generaciones no se forman "como las de antes".
No quiero parecer pesimista o negativo, pero así son las cosas. Tampoco se trata de anular la presencia de las tecnologías en el educación, NO!, sería absurdo y quizás establecer un debate innecesario. Todo suma y a mejor, pero es bueno aclarar las cosas un poco mejor.
Ante esto, insisto en la pregunta inicial que ahora refino pues las tecnologías en educación, al día de hoy, han expandido el espacio de formación, la vieja aula física, ahora es virtual. Pero la formación presencial sigue estando presente y muchas veces se pide. Por eso: ¿es mejor el profesor presencial o el tutor a distancia? Lo primero está probado: mi generación y las anteriores nos formamos con profesores y profesoras presenciales y lo que hay ahora es resultado de esta formación. Y las que vendrán, de eso puedo estar seguro, y me refiero a la generación que actualmente tiene 13 o 14 años, cuando llegue a los 18 estudiará online y pedirám tener campus, estudiar a distancia y etc. etc etc., y seguro sabrán explotar el uso de las TIC a un 120% o más. Eso sí, ¿que queda a las generaciones que están entre las personas de 45 y las de 13 años? Independiente de lo que digan las teorías y los teóricos y teóricas, los practicantes contemporáneos debemos darles respuestas.
Aquí apuesto por una distinción entre presencial y no presencial introduciendo la idea de semántica y sintaxis.
- La formación presencial es semánticamente rica y positiva. Permite gozar del sentido y de las emociones del piel-a-piel, pero sintácticamente no es perfecta. Las interpretaciones no se pueden evitar, la docencia en aula se limita al aula, no hay seguimiento al 100% y si lo hay es informal, y el sentido de una clase no se puede emular (aunque se grabe). La única sintaxis posible proviene y deviene de los planes de curso, pero la realidad del aula hace que evolucionen muy rápido, aparte de que el profesor o profesora evoluciona.
- La formación a distancia es sintácticamente rica y positiva. Permite contar con toda una estructura estable, ordenada, organizada y lógica que permite hace seguimiento al 100% (otra cosa es que se haga seguimiento al seguimiento), el aula está donde se tenga acceso a un -por ejemplo- campus virtual, se sigue un plan de gran estructurado y definido en base a reglas, y hasta se puede añadir que el profesor es replicable (pero no la docencia). Eso sí, la emoción del aula, la corrección sobre comportamientos visuales no se dan (ojo, me refiero al lenguaje no verbal que una docencia presencial puede abordar), y no hay interpretaciones. La semántica de esta formación precisa introducir por ejemplo una gestión a distancia de las emociones, lo cual no está muy trabajado últimamente.
En suma, no hay una u otra mejor formación.
Sobre la primera pregunta introducida al inicio comento lo siguiente. Como en todo acto comunicacional, que lo es la educación, se requiere mejorar su instrumental. Aquí el uso de referentes como la semántica y la sintaxis permiten reconocer donde un tipo de formación es más estable y la otra no lo es tanto. ¿Se podrán equiparar una a la otra o superarla? La respuesta no viene de ensoñaciones tecnológicas o de romanticismos del pasado, hay que ver si la persona requiere algo más o menos semántico o algo más o menos sintáctico.
Y con esto último, sobre la segunda pregunta introducida al inicio comento lo siguiente. Claro que interesa la pregunta!. Hay muchas generaciones de personas que precisan una formación que en corto plazo les permita aprovechar las tecnologías para formarse realmente de por vida. Que le libere del peso de siempre pagar para aprender, y que nos libere de seguir reproduciendo y fortaleciendo un modelo tendiente a transferir contenidos (de la forma que sea: texto, sonido, audio, etc.) para acumular títulos o "cartones".