Una carita sonriente o un signo japonés - (c) Christian A. Estay-Niculcar |
En un plano general, un observador "mira" una realidad buscando y construyendo verdades. En el caso del estudio tradicional científico, la observación observa fenómenos alejados de la vida diaria, o simplemente "cosas" que no son del tamaño o dimensión humana. En tal sentido se diferencia entre un nivel a escala humana y un nivel que no es de escala humana.
Las verdades del nivel a escala humana suelen ser ciertas pues las personas las vemos. Cuando hablo de personas, hablo de todas sin distinción. Por ejemplo, el cielo es azul o si una persona grita estará enojada. En ningún caso discutimos la etimología de la palabra "azul" o hacemos seudo discusiones epistemológicos del tipo "lo que tu vez azul yo lo veo celeste". O, si vemos a alguien enojado no entramos a decidir si tiene un trance sicoanalítico o está molesto porque se acaba de doblar un pié. Es lo que vemos. Y esos datos conforman la base de observación, sin entrometer más interpretaciones. La verdad es lo que vemos y muchos vemos como igual, y las creemos.
En el nivel fuera de la escala humana, las verdades de las leyes pueden cambiar. Claro, porque no las conocemos ni mucho menos las vemos. No vemos electrones ni vemos los ciclos de los ecosistemas. El observador debe hacer un esfuerzo para "ver" esta realidad y cuenta con dispositivos técnicos y conceptuales para "ver" algo. Esto mismo existe en el nivel a escala humana, pero allí el observador siempre podrá ser contrastado contra lo que ven otras personas. Fuera de la escala humana, el grueso de los colectivos humanos deja la observación en manos de algunos sabios y científicos y no los discute. Es más, venera los resultados. Esto comúnmente se sabe, pero lo que dejamos de considerar es que hay una incertidumbre en la observación, porque las leyes pueden cambiar cuando, por ejemplo, "la madre tierra" clambie y cuando se descubra que lo que se creía era así "ahora es asá".
En cualquier experimento, el observador debe permanecer objetivo para no influir en los resultados y procesos. Si todo se vuelve subjetivo, no es que la investigación sea invalida, sino que es mejor salir a preguntar a las personas o dejarlo en manos de la religión y las creencias. Pero claro, este tema es delicado, y por lo mismo en el mundo fuera de la escala humana, se apela y debe actuarse de la forma más objetiva posible. Para ello contamos con paradigmas y métodos para conseguirlo. Aunque con ello la humanidad deje el avance de la ciencia y la técnica en manos de expertos que harán sus propias interpretaciones de sus instrumentos y de la realidad que vean.
A nivel de la escala humana las cosas fluyen distinto. Un observador podrá decir: 'en este caso se observó una fuerte tendencia a que la toma de decisiones quede en manos de profesionales con títulos profesionales'. Pero claro, cualquier persona cercana o que sea parte del caso, pues el caso no es más ni menos que una situación de personas, dirá, 'oiga, pero eso ocurría porque es una empresa que no requiere cualificación y el jefe fue el primer titulado, es el dueño y siempre quiere decir algo pase lo que pase y de cultura más participativa ni hablar'. Con esta simple historia se muestra que una observación podría hacer titubear el resultado de un observador. Pero eso es normal y los observadores a este nivel tienen instrumental para minimizar, no evitar esta situación.
Llegados a este punto, no puedo dejar fuera el efecto de internet. Por ejemplo, la observación a escala humana permite hacer antropología con las TIC como fin y/o como medio. Pero lo importante es que ahora cualquier estudio de este nivel al ser publicado merece muchas opiniones. Para ello basta con ver los blogs escritos por expertos en los periódicos o medios científicos y que suelen tener muchas opiniones que contradicen sus pareceres o simplemente cuestionan sus argumentos y posturas de análisis. Eso es porque la verdad al nivel de la observación a escala humana, no tiene un observador, sino que tiene miles, y todos opinas, y con internet, lo están haciendo.
Y aquí es donde debemos decir que el principio de incertidumbre al parecer no opera en el nivel a escala humana, pues la incertidumbre desaparece por la certidumbre de lo que todos creemos y vemos. Pero esto mismo en realidad ocurre, pues la incertidumbre aparece del momento que existimos. Al existir hablamos, opinamos, comentamos, vamos re-creando la realidad y los sistemas de creencias. Claro, pero habrán muchas verdades.
En suma, la incertidumbre es un hecho siempre presente en la observación. Lo que todo observado debe saber conocer y saber cómo usar muchos instrumentos de investigación para que la incertidumbre sea certeza en algún momento, o al menos sea una nueva isla -artificial- de certeza en un mar de incertidumbres. Cuando reconocemos esto, la investigación se humaniza mucho más.